FILOSOFIA Y LOGICA
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UN RETO PARA EL OCCIDENTE

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1UN RETO PARA EL OCCIDENTE Empty UN RETO PARA EL OCCIDENTE Jue Sep 09, 2010 2:08 am

Thomas Hobbes

Thomas Hobbes

LA AMENAZA DEL ABURRIMIENTO

UN RETO PARA EL OCCIDENTE Mmmb

Una revolución en las costumbres. Vivimos en una "civilización del ocio". La llamada "neurosis del fin de semana". El aburrimiento existencial y la respuesta cristiana. La libertad de darse.
El inmenso crecimiento de la producción ha tenido un gran impacto social y cultural con efectos diversos: ha cambiado las formas de vida en muchos países, ha originado un grave problema ecológico y ha dado lugar también a tres fenómenos nuevos en la historia de la humanidad, que afectan directamente a la libertad.

LIBERTAD Y ABURRIMIENTO
La multiplicación del tiempo libre es uno de los cambios culturales más importantes de este siglo en los países desarrollados. Los espacios de tiempo libre, o, por usar el título de la famosa novela de Ishiguro, "Los restos del día", han crecido y se han convertido en la parte principal de la vida de muchos millones de personas. A veces, se crea una contraposición: por un lado está el tiempo dedicado al trabajo y a las obligaciones; por otro, los tiempos libres. Lo primero se soporta, y se vive como una esclavitud. En cambio, los tiempos de ocio son considerados como la verdadera vida, donde se espera la realización personal. Así se crea un juego de expectativas e insatisfacciones, de lo que es una muestra la llamada "neurosis del fin de semana".
Los grandes filósofos griegos -Sócrates, Platón, Aristóteles- consideraban el ocio, junto con la política, como la actividad fundamental de los hombres libres. Pero entendían que debía dedicarse al cultivo de la contemplación filosófica. Esta concepción, que ya entonces resultaba elitista, está, desde luego, muy lejana a nuestra experiencia cultural. Una cultura basada en el consumo se muestra incapaz de dar otras respuestas masivas que no sean las del entretenimiento y la evasión.
Ante la creciente demanda, la industria ha reaccionado proponiendo nuevas ofertas (turismo, juego, deporte, espectáculos), a lo que hay que añadir las posibilidades inmensas y todavía apenas exploradas de la realidad virtual (videojuegos). Las medias de consumo de televisión oscilan entre tres y cinco horas diarias en los países industrializados. Además del efecto de irrealidad (acostumbrarse a vivir en un contexto irreal), todos los entretenimientos tienden necesariamente a un rendimiento decreciente y acaban cansando. Esto provoca la búsqueda de emociones más fuertes, especialmente entre los jóvenes y tiene también efectos negativos: aumento de "Kamikazes" y juegos de riesgo, evasión dura (nuevas drogas) y opciones radicales, que son más emocionantes que las normales. Frente a la oferta de evasiones, la vida cotidiana y normal puede parecer anodina y sin interés.
Así, el tiempo libre se ha convertido en una victoria y también en un problema. El aburrimiento, síntoma del vacío existencial, se ha convertido en la enfermedad colectiva de la cultura occidental, como señaló el gran psiquiatra vienés Viktor Frankl. Esta cultura que ha sido capaz de superar los graves límites de la necesidad, tropieza con la amenaza del aburrimiento, porque no tiene respuestas sobre el sentido de la libertad. Es curioso, por ejemplo, el desgaste del concepto de eternidad. Desde su experiencia vital, muchos miran con recelo un tiempo sin límite, y algunos como una tortura, porque no conciben cómo evitar el aburrimiento. No les apetece ser eternos, porque no sabrían qué hacer para entretenerse.
Nunca tantas personas han podido disponer en tanta medida de sí mismas. Nunca ha existido, para tanta gente, un espacio real tan amplio para el ejercicio de su libertad, en las grandes elecciones de la vida (profesión, vivienda, matrimonio), y en el empleo concreto de su tiempo. Pero esto reclama criterios sobre el sentido de la libertad. La tradición liberal no puede darlos porque no quiere tener una respuesta. sobre el sentido de la vida humana. En cierto modo, piensa que, si existiera una respuesta verdadera, limitaría la libertad. Sólo se ocupa de defender los aspectos formales y externos de la libertad, especialmente las libertades políticas. El sentido de la libertad personal hay que obtenerlo de otras fuentes.

FUENTE : http://arvo.net/ Cool

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