REFLEXIÓN FILOSÓFICA SOBRE EL SER HUMANO
Soy persona
Hasta ahora hemos estado hablando del "hombre" o del "ser humano". En este momento vamos a introducir el concepto de "persona":En el lenguaje ordinario utilizamos la palabra persona como sinónima o equivalente a la de hombre.
Este uso del término es correcto, porque la persona humana es el hombre mismo. Sin embargo, con el término persona designamos algo más que con el de hombre, pues se significa no solamente al hombre, sino a éste en cuanto es portador de una dignidad de la que carecen todos los demás seres de la naturaleza (los inertes, los vegetales y los animales).
Así, por ejemplo, cuando alguien recibe malos tratos, o no se le atiende debidamente, es decir, cuando no se tiene en cuenta su valor, no se queja utilizando la expresión "¡Soy un hombre!", sino la de "¡Soy una persona!".
Con ello se indica, sin advertirlo plenamente, que se es un hombre pero con una dignidad característica.
Nosotros
Yo, tú, nosotros son palabras que hacen referencia a nuestra dimensión situada.
Estamos unos con otros. Pero, ¿en el fondo estamos condenados a estar solos? o ¿sería mejor que lo estuviéramos?
¿Quizás nos interese estar acompañados? ¿Tal vez, deseamos, anhelamos, buscamos compañía y ésta sea la única forma de crecer como personas? Aquí tienes la cuestiones. Ahora te toca a ti.
¿A dónde voy?
Todos, en algún u otro momento de nuestra existencia, nos hemos preguntado si la vida tiene un sentido o fin y cuál es.
Ésta es una de las preguntas más importantes que podemos formularnosy su respuesta es fundamental para todos y cada uno de nosotros, pues de ella va a depender el modo en que vivamos nuestra vida. Vivir al día sin plantearnos el problema es, como mínimo, una frivolidad que no podemos permitirnos.
La diferencia está en "vivir la vida" o, simplemente, "pasar por la vida" dejándonos llevar. Ciertamente, venimos a la vida sin que nadie nos pregunte si queremos o no nacer. Nadie nos coloca un "manual de instrucciones" debajo del brazo diciéndonos qué debemos o no hacer, y qué podemos o no esperar.
Tal y como dirían los existencialistas, nos encontramos "arrojados", "implantados" en la existencia. Sin embargo, a pesar de ello, sí que podemos descubrir una serie de "pistas" mirando en nosotros mismos y en los demás.
La vida es algo así como un viaje cuya meta es la felicidad; y hacia ese objetivo vamos.
Hasta ahora hemos estado hablando del "hombre" o del "ser humano". En este momento vamos a introducir el concepto de "persona":En el lenguaje ordinario utilizamos la palabra persona como sinónima o equivalente a la de hombre.
Este uso del término es correcto, porque la persona humana es el hombre mismo. Sin embargo, con el término persona designamos algo más que con el de hombre, pues se significa no solamente al hombre, sino a éste en cuanto es portador de una dignidad de la que carecen todos los demás seres de la naturaleza (los inertes, los vegetales y los animales).
Así, por ejemplo, cuando alguien recibe malos tratos, o no se le atiende debidamente, es decir, cuando no se tiene en cuenta su valor, no se queja utilizando la expresión "¡Soy un hombre!", sino la de "¡Soy una persona!".
Con ello se indica, sin advertirlo plenamente, que se es un hombre pero con una dignidad característica.
Nosotros
Yo, tú, nosotros son palabras que hacen referencia a nuestra dimensión situada.
Estamos unos con otros. Pero, ¿en el fondo estamos condenados a estar solos? o ¿sería mejor que lo estuviéramos?
¿Quizás nos interese estar acompañados? ¿Tal vez, deseamos, anhelamos, buscamos compañía y ésta sea la única forma de crecer como personas? Aquí tienes la cuestiones. Ahora te toca a ti.
¿A dónde voy?
Todos, en algún u otro momento de nuestra existencia, nos hemos preguntado si la vida tiene un sentido o fin y cuál es.
Ésta es una de las preguntas más importantes que podemos formularnosy su respuesta es fundamental para todos y cada uno de nosotros, pues de ella va a depender el modo en que vivamos nuestra vida. Vivir al día sin plantearnos el problema es, como mínimo, una frivolidad que no podemos permitirnos.
La diferencia está en "vivir la vida" o, simplemente, "pasar por la vida" dejándonos llevar. Ciertamente, venimos a la vida sin que nadie nos pregunte si queremos o no nacer. Nadie nos coloca un "manual de instrucciones" debajo del brazo diciéndonos qué debemos o no hacer, y qué podemos o no esperar.
Tal y como dirían los existencialistas, nos encontramos "arrojados", "implantados" en la existencia. Sin embargo, a pesar de ello, sí que podemos descubrir una serie de "pistas" mirando en nosotros mismos y en los demás.
La vida es algo así como un viaje cuya meta es la felicidad; y hacia ese objetivo vamos.