¿Que es la Verdad?
El acusado estaba de pie frente al gobernador Romano, quien tenia el poder de juzgar, de jurado y de verdugo. Este poderoso gobernante no era subordinado de nadie en el mundo, mas que del mismo Cesar, y su única intensión era manejar esta delicada situación de manera que Cesar fuera complacido y que a la vez, el pudiera beneficiar su propia causa. Poncio Pilatos era el típico político Romano – era hábil, sinuoso, educado, y completamente cínico en su enfoque a la vida – si viviera hoy, sería un excelente hombre corporativo Americano. Sin duda Pilatos no estaba de humor. Para Pilatos, al igual que todos los gobernantes Romanos de Judea antes y después de él, esta época del año siempre era tensa. Por esta razón el había dejado su residencia normal, en la confortable Cesárea, al lado del mar Mediterráneo, para venir a esta miserable y sucia ciudad en Jerusalén – un lugar lleno de problemas y de gente problemática. Los Judíos se reunían para uno de sus festivales religiosas interminables donde alababan a su extraño Dios oriental, su Dios solitario quien era tan celoso que no les permitía hacer imágenes de Él. Era la Pascua, la más grande de sus fiestas, así que Pilatos estaba en Jerusalén donde no quería estar, y fue despertado muy temprano en la mañana por los líderes religiosos Judíos, para que se encargara de este prisionero, llamado Jesús. Pilatos ya lo había enviado a Herodes, tratando de evitar tomar una dedición, pero el viejo astuto había ignorado hábilmente el asunto enviándolo de regreso a Pilatos. Y ahí estaban, un profeta Judío inescrutable, y el gobernador Romano.
Juan 18:33-37 Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: “¿Eres tú el Rey de los judíos?” Jesús le respondió: “¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?” Pilato le respondió: “¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?” Respondió Jesús: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.” Le dijo entonces Pilato: “¿Luego, eres tú rey?” Respondió Jesús: “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.” “¿Que es la Verdad?” preguntó Pilatos.
Ya conocemos el resto de la historia. Pilatos, quien realmente no tenia nada en contra de este solitario profeta, hizo lo que pudo para salirse de la situación, pero cuando se encontró con amenazas políticas, “…Si dejas ir a este hombre, no eres amigo de Cesar.” (Juan 19:12), lo entregó a los verdugos. Las palabras de Pilatos a Jesús zumban en nuestros oídos, suenan tan recientes, como si fueran dichas “aquí y ahora.” “¿Que es la Verdad?” Pilatos, el cínico, probablemente no tenía ni la menor idea de cual era la respuesta a su propia pregunta – seguramente no sabia que existía tal cosa como la verdad, y así es con muchos, quizás con la mayoría de la gente el día de hoy. Vivimos en una civilización que admite la existencia de “pequeñas verdades,” y hechos tecnológicos. Por ejemplo, sabemos que 2+2=4, que los elementos contienen ciertas propiedades químicas y físicas, y que los cuerpos en movimiento se comportan de manera predecible. Sin embargo, nuestra civilización niega oficialmente que exista una verdad absoluta – el concepto de Francis Schaeffer llamado “verdad verdadera.” Pero para los Cristianos, la Verdad existe, y es absoluta, racional, y real.
Tu primer paso al elaborar una visión Cristiana del mundo es darte cuenta de que “Tu Palabra es Verdad.” (Juan 17:17). ¡Cuan grande regalo tienes al ser creyente! El resto de la humanidad camina a tientas en la oscuridad buscando respuestas a las más básicas preguntas de la vida, y tu las tienes todas, acomodadas en un libro – La Biblia. Tú puedes conocer el origen de la humanidad, como llegamos a este lugar donde estamos el día de hoy, y lo que el futuro nos depara. Puedes descubrir principios y leyes que te enseñarán lo que esta bien y lo que esta mal. Si quieres saber Quien es Dios, como es, y que quiere de ti, puedes encontrarlo en la Biblia – La Biblia puede guiar tus pasos para que le conozcas personalmente. La historia de Dios tratando con la humanidad es fundada en eventos históricos y literales – que verdaderamente sucedieron, y han sido grabados en La Biblia para nosotros.
El primer principio es: La Verdad si existe, es propositiva, esta documentada en la Palabra de Dios, debe ser enfoque central de nuestras vidas, y es personificada en Cristo Jesús. Contrario a las enseñanzas y creencias de filósofos humanos y ocultistas religiosos, La Verdad existe. La Verdad es propositiva, eso significa que es algo que podemos poner en palabras, frases, y oraciones que tienen sentido. La verdad es documentada en la Palabra de Dios (Juan 17:17). Podemos encontrar la respuesta a las preguntas de la vida en el Libro de Libros. El propósito de la Verdad es ser el enfoque central de nuestra vida, debemos conocer la Verdad y vivirla.
Deuteronomio 6:4-9 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
La Verdad es personificada en Cristo Jesús (Juan 14:6) Solo algunas horas antes de Su encuentro con Pilatos, Jesús dijo, “Yo soy la Verdad.” En el, vemos la Verdad de Dios caminando en cuerpo (Juan 1:14,18). Si quieres conocer la Verdad cara a cara, conoce a Cristo.
El segundo principio de “Tu Palabra es Verdad” es que la Verdad Bíblica es Verdad “VERDADERA objetiva.” Contrario a las formas liberales y existenciales de la fe Cristiana, la fe Bíblica enseña que los eventos documentados en la Biblia son hechos históricos confiables.
Si vemos el sermón apostólico, Hechos 7:1ff, Hechos 13:16ff, Hechos 10:34ff, nos damos cuenta que las predicaciones de los apóstoles eran basadas en las verdades históricas de la Biblia. Esto es consistente con las predicaciones de Moisés y de los profetas del Antiguo Testamento – Ellos no eran místicos ni filósofos, Ellos predicaron y enseñaron acerca del Dios que ES, que ACTÚA, y el que se comunica por medio de la intervención personal en la guía providencial de la historia de acontecimientos humanos. Los apóstoles al documentar los evangelios, fueron cuidadosos en enfatizar la realidad de lo que estaban escribiendo, de la Vida y Trabajo de Jesús.
Lucas 1:1-4 Puesto que muchos han tratado de poner en orden un relato acerca de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos las transmitieron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas en orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.
Juan 20:30-31 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Juan 21:24-25 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.
Pablo al enseñar sobre la resurrección en particular, enfatizo lo dicho por testigos visuales, y la importancia de los hechos en la fe Cristiana.
1 Corintios 15:1-14 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído. Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
attte
guillermo de ockhamm
que dios os bendiga y que fray martin os proteja