THOMAS HOBBES
Nació en 1588. Conoció en Oxford la Filosofía Escolástica, que no llegó a convencerlo. Trabajó como preceptor de familias nobles, lo que le permitió conocer Francia y tomar contacto con el cartesianismo, que lo impresionó hondamente. Escribió sus Objeciones a las Meditaciones cartesianas, que fueron contestadas por el propio Descartes. Entre los años 1640 y 1651 residió en París pero en calidad de refugiado por haber defendido al partido realista en Inglaterra. En 1651 retornó a una Inglaterra entonces más tolerante y, con la llegada de Carlos II al trono (ex discípulo suyo) en 1660, recibió una pensión real y volvió a tener acceso a la más alta esfera del gobierno. En 1666 la Cámara de los Comunes investigó su Leviatán porque se lo sospechaba de ateísta. Murió en el año 1679.
Hobbes sostenía un materialismo mecanicista. Según él todo es material, tanto las cosas naturales como las artificiales e incluso las espirituales.
Y la materia se encuentra regida por las leyes del movimiento. Incluso puede verse en Hobbes a un pensador que intentó hacer de la Física del Movimiento de Galileo la ley de toda realidad, siendo que para él no hay otra cosa más que cuerpos en movimiento. Pero su mecanicismo, si bien se inspira en Descartes y Galileo, no respondía a una base ideal, como era el caso de éstos, sino más bien a la concepción antigua del choque ciego, al atomismo griego.
En el pensamiento de Hobbes no hay lugar para el dualismo antropológico cartesiano. El hombre es sólo cuerpo. Y este cuerpo, como todos los demás, está sujeto al movimiento, que en su caso es generado por las pasiones, las acciones, los pensamientos.
Afirma que en el "estado de naturaleza" el hombre vive una guerra de todos contra todos. «El hombre es un lobo para el hombre.»
Hobbes entendía que, así como el impulso mecánico y el choque son los factores determinantes del movimiento de los objetos físicos, así en la vida social lo son la utilidad y el apetito de poder.
Hobbes sostenía un materialismo mecanicista. Según él todo es material, tanto las cosas naturales como las artificiales e incluso las espirituales.
Y la materia se encuentra regida por las leyes del movimiento. Incluso puede verse en Hobbes a un pensador que intentó hacer de la Física del Movimiento de Galileo la ley de toda realidad, siendo que para él no hay otra cosa más que cuerpos en movimiento. Pero su mecanicismo, si bien se inspira en Descartes y Galileo, no respondía a una base ideal, como era el caso de éstos, sino más bien a la concepción antigua del choque ciego, al atomismo griego.
En el pensamiento de Hobbes no hay lugar para el dualismo antropológico cartesiano. El hombre es sólo cuerpo. Y este cuerpo, como todos los demás, está sujeto al movimiento, que en su caso es generado por las pasiones, las acciones, los pensamientos.
Afirma que en el "estado de naturaleza" el hombre vive una guerra de todos contra todos. «El hombre es un lobo para el hombre.»
Hobbes entendía que, así como el impulso mecánico y el choque son los factores determinantes del movimiento de los objetos físicos, así en la vida social lo son la utilidad y el apetito de poder.
FUENTE: www.luventicus.org