Además de Nietzsche y Aristóteles, Los Simpson y la filosofía echa mano de Kierkegaard, Camus, Sartre, Heidegger, Popper, Bergson, Husserl, Kant y Marx, y este último filósofo da sustancia al divertido capítulo Un (Karl, no Groucho) marxista en Springfield, donde James M. Wallace llega a la conclusión de que los Simpson son capitalistas y, simultáneamente, críticos marxistas de la sociedad capitalista. A la hora de desmontar filosóficamente a Homer, Raja Halwani llega a la conclusión de que el tipo de carácter que tiene este personaje, desde el punto de vista aristotélico, es el vicioso, su escaso autocontrol frente a la ira, la alegría, el sexo o la cerveza, sus mentiras y su cobardía histérica en las situaciones en que tendría que responder como jefe de la tribu, lo sitúan como la antítesis de la templanza. Esta línea, dicha por él mismo cuando peligraba su integridad física, describe bien al entrañable personaje: “¡Oh, Dios mío; criaturas del espacio! ¡No me coman, tengo esposa e hijos!; ¡cómanselos a ellos!”.
Bart Simpson es analizado con óptica nietzscheana; Mark T. Conrad intenta armonizar la vida gamberra de este niño con el rechazo de Nietzsche a la moral tradicional. “Yo no lo hice. Nadie me ha visto hacerlo. No hay manera de que tú puedas probar nada”, se defiende Bart en uno de los episodios, ignorando esta contundente línea de Nietzsche que lo justifica: “No existen los hechos, sólo las interpretaciones”.
La sabiduría amarilla, en frases
Una selección de algunas de las frases más memorables de Homer Simpson:
Brindo por el alcohol: que es la causa y la solución de los problemas de la vida.
Intentar algo es el primer paso hacia el fracaso.
Normalmente no rezo, pero si estás ahí, por favor sálvame, Superman.
A Billy Corgan, de The Smashing Pumpkins: ¿Sabes? Mis hijos piensan que eres fantástico. Y gracias a tu música depresiva han dejado de soñar con un futuro que no puedo darles?.
¿Cuándo aprenderé? Las respuestas de la vida no están en el fondo de una botella. ¡Están en el televisor!.
Sólo porque no me importe no significa que no lo entienda.
Si cuesta trabajo hacerlo, es que no merece la pena.
Quiero decirte las tres frases que te acompañarán en la vida. Uno, ¡cúbreme!; dos, jefe, ¡qué gran idea!; tres, ¡así estaba cuando llegué!!.
Hijo, una mujer es como una cerveza. Huelen bien, se ven bien, ¡y matarías a tu madre por una! Y no puedes tener sólo una. Querrás beber a otra mujer.
Bart Simpson es analizado con óptica nietzscheana; Mark T. Conrad intenta armonizar la vida gamberra de este niño con el rechazo de Nietzsche a la moral tradicional. “Yo no lo hice. Nadie me ha visto hacerlo. No hay manera de que tú puedas probar nada”, se defiende Bart en uno de los episodios, ignorando esta contundente línea de Nietzsche que lo justifica: “No existen los hechos, sólo las interpretaciones”.
La sabiduría amarilla, en frases
Una selección de algunas de las frases más memorables de Homer Simpson:
Brindo por el alcohol: que es la causa y la solución de los problemas de la vida.
Intentar algo es el primer paso hacia el fracaso.
Normalmente no rezo, pero si estás ahí, por favor sálvame, Superman.
A Billy Corgan, de The Smashing Pumpkins: ¿Sabes? Mis hijos piensan que eres fantástico. Y gracias a tu música depresiva han dejado de soñar con un futuro que no puedo darles?.
¿Cuándo aprenderé? Las respuestas de la vida no están en el fondo de una botella. ¡Están en el televisor!.
Sólo porque no me importe no significa que no lo entienda.
Si cuesta trabajo hacerlo, es que no merece la pena.
Quiero decirte las tres frases que te acompañarán en la vida. Uno, ¡cúbreme!; dos, jefe, ¡qué gran idea!; tres, ¡así estaba cuando llegué!!.
Hijo, una mujer es como una cerveza. Huelen bien, se ven bien, ¡y matarías a tu madre por una! Y no puedes tener sólo una. Querrás beber a otra mujer.