En esta loca carrera en la que se ha convertido la vida ¿te has detenido un minuto a pensar qué quieres lograr realmente? Trabajamos o estudiamos, entablamos relaciones personales y emprendemos proyectos pero ¿hacia dónde se dirigen nuestras acciones cotidianas: a tener más o a ser mejor?
Si te preguntara cuántas cosas quieres tener ¿cuán larga sería tu lista? Tómate unos segundos para imaginarla...
Y si ahora te preguntara qué cualidades y virtudes te has propuesto desarrollar... ¿lo sabrías con la misma facilidad y rapidez?¿La lista sería igual de extensa? Imagínatelo por un instante...
La siguiente pregunta es ¿a cuál de estas dos listas le dedicas más tiempo y energía? Un minuto de sincera reflexión te permitirá sacar conclusiones por ti mismo.
Es cierto que necesitamos de algunas cosas y bienes para poder vivir. Pero las cosas nos acompañan por un tiempo, luego envejecen y perecen. En cambio nuestro ser interior nos acompañará toda la existencia. De su desarrollo depende nuestra felicidad... ¿no vale la pena acaso dedicarle un poco más de atención?
Hay una riqueza interior también dentro de nosotros. Descubriéndola inclusive mejoraría nuestra vida exterior. Por eso es necesario encontrar la llave del ser interno, aquella que nos permite reconocer quiénes somos, para qué existimos, hacia dónde vamos... ¡la que nos abre las puertas hacia la conquista de nosotros mismos!. Imagínate: tener el control de tu existencia, de tus emociones y pensamientos, elegir con sabiduría las mejores acciones, desarrollar la fortaleza y superar las pruebas, es decir, crecer y avanzar también por dentro.
"Conócete a ti mismo", enseñaba el filósofo griego Sócrates. Y es que la filosofía, esa actividad tan natural en el hombre de preguntarse y buscar la sabiduría que le falta, es esa llave interior que nos permite realizarnos plenamente en la vida.
Sócrates también decía que "Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores"
Enseñaba el sabio Lao Tsé: "Quien conocer a otros es letrado; quien se conoce a si mismo posee sabiduría".
Si te preguntara cuántas cosas quieres tener ¿cuán larga sería tu lista? Tómate unos segundos para imaginarla...
Y si ahora te preguntara qué cualidades y virtudes te has propuesto desarrollar... ¿lo sabrías con la misma facilidad y rapidez?¿La lista sería igual de extensa? Imagínatelo por un instante...
La siguiente pregunta es ¿a cuál de estas dos listas le dedicas más tiempo y energía? Un minuto de sincera reflexión te permitirá sacar conclusiones por ti mismo.
Es cierto que necesitamos de algunas cosas y bienes para poder vivir. Pero las cosas nos acompañan por un tiempo, luego envejecen y perecen. En cambio nuestro ser interior nos acompañará toda la existencia. De su desarrollo depende nuestra felicidad... ¿no vale la pena acaso dedicarle un poco más de atención?
Hay una riqueza interior también dentro de nosotros. Descubriéndola inclusive mejoraría nuestra vida exterior. Por eso es necesario encontrar la llave del ser interno, aquella que nos permite reconocer quiénes somos, para qué existimos, hacia dónde vamos... ¡la que nos abre las puertas hacia la conquista de nosotros mismos!. Imagínate: tener el control de tu existencia, de tus emociones y pensamientos, elegir con sabiduría las mejores acciones, desarrollar la fortaleza y superar las pruebas, es decir, crecer y avanzar también por dentro.
"Conócete a ti mismo", enseñaba el filósofo griego Sócrates. Y es que la filosofía, esa actividad tan natural en el hombre de preguntarse y buscar la sabiduría que le falta, es esa llave interior que nos permite realizarnos plenamente en la vida.
Sócrates también decía que "Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores"
Enseñaba el sabio Lao Tsé: "Quien conocer a otros es letrado; quien se conoce a si mismo posee sabiduría".